viernes, 16 de febrero de 2024

Explorando la Vía Láctea: interpretaciones culturales y el impacto de la contaminación lumínica

 La Vía Láctea, nuestra galaxia natal, una majestuosa espiral de estrellas que alberga nuestro sistema solar, ha cautivado e intrigado a culturas de todo el mundo durante milenios. Su impresionante presencia en el cielo nocturno ha inspirado innumerables mitos, leyendas y creencias espirituales. Sin embargo, en los tiempos modernos, el creciente problema de la contaminación lumínica ha amenazado nuestra capacidad de observar y apreciar la Vía Láctea. En este artículo, exploraremos cómo varias culturas, incluidos los chinos, griegos, zulúes, hopis, navajos y mojave, han interpretado la Vía Láctea, y discutiremos los efectos perjudiciales de la contaminación lumínica en nuestra capacidad de experimentar esta maravilla celestial.

En la mitología china, hay varios relatos uno es que la Vía Láctea se conoce como el "Río de Plata" y está asociada con la leyenda romántica del Pastor de Vacas y la Tejedora. Según este cuento, el pastor de vacas y la tejedora están separados por el río Plata y sólo se les permite reunirse una vez al año, el séptimo día del séptimo mes lunar, durante el Festival Qixi.

El siguiente relato nos cuenta que la Via lactea es El Río Celestial (天河, Tiānhé) era la morada de la diosa Chang'e, símbolo de la inmortalidad. Cuenta la leyenda que, al robar la píldora de la inmortalidad, Chang'e se refugió en la Vía Láctea, creando una separación eterna de su marido, el emperador Houyi.


En la mitología Grecia La Vía Láctea fue producto de la leche derramada por Hera, reina del Olimpo, mientras amamantaba al mortal Hércules. Esta leche celeste, dio origen a la galaxia que hoy conocemos.


En la mitología del pueblo zulú de Sudáfrica, la Vía Láctea se conoce como "inkanyezi", que significa "estrellas". Creen que es un camino que toman los espíritus para viajar al más allá. La aparición de la Vía Láctea en el cielo nocturno se considera una señal de la presencia de espíritus ancestrales que vigilan a los vivos.


En la mitología Hopis: La Vía Láctea era la columna vertebral de la Madre Tierra, una conexión vital entre el inframundo y el cielo. Un símbolo de la profunda conexión entre la Tierra y sus habitantes.

En la mitología Navajos: La Vía Láctea fue el camino recorrido por el Primer Hombre y la Primera Mujer en su búsqueda de la Tierra Prometida. Un viaje lleno de desafíos y pruebas que finalmente los trajo a casa.

En la mitología Mojave: ve la Vía Láctea como el "Río Fantasma". Según la tradición de Mojave, la Vía Láctea fue creada por las travesuras de Coyote, una figura destacada de su mitología. Se dice que Coyote pateó una bolsa de harina, provocando que estallara y se esparciera por el cielo, creando la banda luminosa que ahora conocemos como la Vía Láctea. además La Vía Láctea era el hogar de los espíritus ancestrales, quienes desde su morada celestial velaban por el bienestar del pueblo de Mojave. Un espacio de profunda conexión espiritual y sabiduría ancestral.


Recuperando la conexión con la Vía Láctea:

Al observar la Vía Láctea, nos conectamos con nuestro pasado, presente y futuro. Es un recordatorio de nuestro lugar en el universo, un espacio para la reflexión y la inspiración profunda. Recuperar la capacidad de verlo es un paso crucial para preservar nuestra conexión con el cosmos y el patrimonio cultural que nos definen.


Desafortunadamente, el aumento de la contaminación lumínica está amenazando nuestra capacidad de ver la Vía Láctea. A medida que las áreas urbanas continúan creciendo y la iluminación artificial se vuelve más frecuente, el problema de la contaminación lumínica ha aumentado. La contaminación lumínica se produce cuando la luz artificial de zonas urbanas e industriales ilumina el cielo nocturno, oscureciendo las estrellas, privándonos de este espectáculo natural.

Si queremos garantizar que las generaciones futuras puedan disfrutar de su belleza. Hay que reducir la contaminación lumínica mediante la implementación de medidas de control y el uso responsable de la luz artificial es fundamental.

jueves, 8 de febrero de 2024

World of Warcraft: War of the Scaleborn by Courtney Alameda

 Cuando las leyendas se fragmentan, la verdad enciende la guerra…

Courtney Alameda aviva el fuego del pasado remoto de Azeroth con War of the Scaleborn, la novela oficial que acompaña la expansión World of Warcraft: Dragonflight. Ambientada en una era en la que los titanes forjaban el mundo y los dragones apenas descubrían su propósito, esta historia revela los secretos más profundos sobre el origen de los Aspectos y la guerra que desgarró a la estirpe dracónica.

La novela gira en torno a la caída de Galakrond, un dragón primigenio tan hambriento que amenazó toda forma de vida. Tras su derrota, cinco dragones valientes—Nozdormu, Ysera, Alexstrasza, Malygos y Neltharion—reciben la magia del Orden de los titanes y se transforman en los Aspectos, con dominio sobre el tiempo, la naturaleza, la vida, la magia y la tierra.

Pero no todos consideran ese poder un regalo.

Los Encarnados, una facción rebelde de dragones primales, rechazan la magia de los titanes y se sumergen en la energía elemental del planeta. Guiados por Iridikron, desatan una guerra ideológica que pronto se convierte en enfrentamiento abierto. Con Vyranoth atrapada entre lealtades y Alexstrasza intentando evitar el derramamiento de sangre, el conflicto arrastra a todo dragón a tomar partido.

Alameda construye un relato lleno de tensión política, dilemas éticos y dimensiones míticas. La guerra entre los de sangre escamosa no es sólo una batalla; es una reflexión sobre libertad, legado y el precio del poder.

Altamente recomendada para amantes del lore, épicas de fantasía y quienes desean explorar los orígenes del cielo de Azeroth.