Thrall, el sabio chamán y jefe de guerra de la Horda, ha sentido un cambio inquietante ...
Hace mucho tiempo, los destructivos elementales nativos de Azeroth se extendieron por todo el mundo hasta que los benevolentes titanes los aprisionaron en el plano elemental. A pesar de la intervención de los titanes, muchos elementales han regresado a Azeroth. A lo largo de los siglos, Thrall, un chamán, se ha comunicado con estos espíritus y, con paciencia y dedicación, ha aprendido a calmar los infiernos rugientes, a llevar la lluvia a las tierras abrasadas por el sol y a moderar la ruinosa influencia de los elementales en el mundo de Azeroth.
Ahora Thrall ha descubierto que los elementales ya no escuchan la llamada del chamán. El vínculo compartido con estos espíritus se ha debilitado y desgastado como si el propio Azeroth se encontrara bajo una gran presión. Mientras Thrall busca respuestas a lo que aflige a los elementos confusos, también lucha con el precario futuro de los orcos mientras su gente enfrenta la disminución de suministros y la creciente hostilidad con sus vecinos elfos de la noche.
Mientras tanto, Varian Wrynn de Ventormenta está considerando una acción violenta en respuesta a las crecientes tensiones entre la Alianza y la Horda, un enfoque de línea dura que amenaza con alienar a los más cercanos a él, incluido su hijo, Anduin. El joven príncipe en conflicto se ha propuesto encontrar su propio camino, pero al hacerlo, corre el riesgo de verse enredado en la inestabilidad política que está poniendo al mundo al límite.
El destino de las grandes razas de Azeroth está envuelto en una niebla de incertidumbre, y el comportamiento errático de los espíritus elementales, por preocupante que sea, puede ser solo la primera señal de advertencia ominosa del cataclismo que se avecina.
