jueves, 31 de diciembre de 2020

Una despedida al 2020

Aun cuando la crisis económica del 2008 nos advirtió, no quisimos escuchar. Este año 2020 nos ha demostrado nuevamente los efectos devastadores de nuestra decisión de haber dado rienda suelta a nuestro Ego, a la falsa vana gloria, individualismo excesivo, a la codicia y avaricia por tanto tiempo en nuestra sociedad. Además de seguir cometiendo el error de escuchar y dar poder a las personas que dan discursos de desunión y división entre nosotros, a través de la lucha de clases, promoviendo el odio a las razas o la intolerancia religiosa.


La pregunta que nos tenemos que hacer es cuál es el mundo que queremos dejar a la próxima generación…


Un mundo donde se le da más valor al orgullo nacional que al valor de la vida humana.


Un mundo en el que es posible llegar a cualquier esquina en menos de dos días, pero no pudimos llevar a nuestros hospitales equipo médico.


Un mundo donde es posible producir más que lo que la humanidad puede consumir jamas, nos quedamos sin producto de limpiezas, para poder justificar subir los precios y haci poder hacer un $1 más de beneficio.


Un mundo donde a todos nos afecta la Pandemia, pero negamos las pruebas científicas de su existencia.


Un mundo que nos ha demostrado como ha fallado todos los sistemas educativos, aun cuando toda la información está en la nube.


No me malinterpretéis también han habido grandes logros, pero solo han ocurrido después que todo se haya roto y eso no es la forma correcta de prepararnos para los desafíos que tenemos como miembros de la raza Humana.


La resolución que todos tendríamos que tener para el 2021; Es dejar de vivir solo para el momento y empezar a planificar un  futuro justo y mejor preparado para todos los seres que compartimos esta frágil casa que llamamos la Tierra.


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