Me desperté con el alba, pero no fue la luz del amanecer lo que me llamó a la aventura. Fue la Luna. Era el 1 de mayo de 2025 y yo estaba listo para capturar los secretos del universo.
La noche era fresca y serena, con condiciones ideales para la observación astronómica. Me dirigí a mi telescopio, aquel gran ojo que me permite descubrir los misterios del cosmos.
Capturados:
La Luna, en su fase creciente (22%), brillaba con una luz suave y cálida, como si estuviera llamándome a explorar sus secretos. (Dato científico: la Luna está a unos 384.400 kilómetros de distancia de la Tierra.)
M13, un cúmulo estelar majestuoso, con más de 300.000 estrellas apiñadas en un único objeto celestial. Su belleza me dejó sin aliento.
M81 y M82, dos galaxias espirales que parecían bailar en el cielo nocturno, sus brazos espirales extendiéndose hacia las estrellas más allá de la vista. (Dato científico: estas galaxias están a unos 12 millones de años luz de distancia.)
M106, una galaxia espiral enanas, que se deslizaba por el cielo con una suavidad y elegancia propias del universo.
La noche estelar ha terminado, pero la aventura sigue viva en mi corazón. Próximo objetivo: capturar la imagen de una supernova...
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