sábado, 13 de septiembre de 2025

La Tienda Mágica por H. G. Wells

En The Magic Shop (1903), H. G. Wells nos lleva de la mano de un padre y su hijo, Gip, a una tienda que parece salida de un sueño. Lo que comienza como una simple visita para comprar juguetes se transforma en una experiencia que desafía la lógica, la percepción y la seguridad emocional del adulto.

Magia real, no solo ilusión

La tienda está llena de objetos imposibles: espejos que deforman, sombreros que revelan mecanismos ocultos, bolas de cristal que aparecen de la nada. Gip, el niño, se maravilla. El padre, en cambio, comienza a sentirse inquieto. La magia no es solo entretenimiento—parece tener voluntad propia.

¿Quién controla la magia?

El vendedor, con su aspecto extraño y sus gestos teatrales, no ofrece explicaciones. El padre se da cuenta de que ha perdido el control. La tienda se vuelve un espacio liminal, donde las reglas del mundo exterior ya no aplican. ¿Está soñando? ¿Está atrapado? ¿Y por qué Gip parece tan cómodo?

Reflexión: ¿Qué pasa cuando los adultos enfrentan lo inexplicable?

Wells nos invita a explorar la tensión entre la lógica adulta y la receptividad infantil. La historia sugiere que la magia existe, pero solo para quienes están dispuestos a verla. El padre, al final, no sabe si lo que vivió fue real. Pero Gip sí lo sabe. Y eso basta.

“La magia no se explica. Se vive.”

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